
Nada más levantarme leí un mensaje, del Director General de mi compañia, que me daba esta triste noticia.
Tuve la suerte de conocer a Pascual con motivo de la última feria del calzado realizada en Madrid el pasado 17 de marzo, aunque volví a coincidir poco después en numerosas ocasiones. Era una persona encantadora, cuidadosa y tremendamente hospitalaria con todo el mundo, y muy compromotedido socialmente hablando. Pascual fue un mecenas del deporte, de la música, una persona fiel a sus principios. Un ejemplo para todos nosotros.
Cuando le conocí ya luchaba contra su enfermedad, y así le recordaré como un gran luchador, como un gran defensor de todo aquello que él amaba y que no dudaba en hacerlo en pro de los más desfavorecidos.
Pascual, descansa en paz.